sábado, 30 de marzo de 2013

Dando vueltas en mi cama.

En cuatro horas tengo que despertarme y sigo dando vueltas en mi cama. Listas de cosas sin hacer, obligaciones que cumplir, ropa que lavar, Dante, nervios, muchos nervios, Dante otra vez... Todos juntos se apoderan de mis pensamientos, me traicionan y derrotan a las miles de ovejitas que, una a una, saltaban por sobre el Coliseo...
Otra vez el nudo en la garganta, otra vez mi mente que se sube a un Alitalia y llega a Roma antes que yo... A veces amaría experimentar la calma de Jorge. En 9 días vuela a Italia y se lo ve tan tranquilo como si fuera a Santa Teresita... ¡¡Por Dios!! ¡¡Compartime de tu calma!!! ¿¿No ves que yo estoy como loca????.

Respiro profundo, cierro los ojos, y me quedo dormida con el lápiz en la mano.


















martes, 26 de marzo de 2013

Sin quererlo... (O queriéndolo mucho)

No sé cómo, ni sé con qué pretexto, un día logré identificar el momento... Tenía que hacerlo YA. Era AHORA o seguir esperando hasta vaya uno a saber cuando... Tomar la decisión de éste viaje fue similar a la de tener un hijo... Uno siempre tiene ganas, el tema es, que nunca es el momento indicado. Siempre hay cosas mas importantes que hacer, siempre hay otras responsabilidades que nos roban las excusas perfectas, pero en este caso, y como en muchos otros de mi vida, me deje llevar por mis impulsos y decidí que ya era hora de parir este viaje que se viene gestando desde generaciones en mi información genética.
Uno siempre sueña con su hijo, como va a ser, si quiere nena o nene... Cuando comencé a planificar este viaje yo sabía bien que quería vivirlo desde adentro, empaparme de sus costumbres, de su día a día...  No quiero ser una turista más en Italia, quiero caminar por sus calles y confundirme entre su gente, mimetizarme con el paisaje... Para eso sólo había una manera, sólo una institución podía lograr que yo viviera este parto lo mas naturalmente posible; la institución máxima italiana "La famiglia unita". Y como no hay nada mas lindo que la familia unida es que decidí alojarnos (a mi marido, a mi alma y a mi) en casas de familia (BBB = Bueno, Bonito y Barato = ecuación perfecta.)
Sin quererlo, o queriéndolo mucho, hoy faltan diez días para el parto. Los nervios comienzan a asomar, los percibo en mis entrañas; en mi piel repentina y sorpresivamente con acné cual niña adolescente; en el galopar de mi corazón por las noches;en el frío, calor, que me recorre el cuerpo cuando pienso en UN MES SIN DANTE...Ufffff ¿Cómo no me dí cuenta antes? ¡UN MES SIN DANTE! Mucho tiempo para estar sin él (¡¡¡Cuanto te voy a extrañar mi vida!!!! ¡¡¡Te amo tanto!!!...) Creo que, de haberlo pensado detenidamente me hubiera quedado menos tiempo pero, estas cosas pasan cuando uno deja llevarse por sus impulsos sin pensar en las consecuencias. ¿Si estoy arrepentida? No, creo que no, sólo que me siento tironeada por dos amores. Uno, que siempre va a ser mi cachorro y nunca va a ser el momento indicado para dejarlo sin su mamá; y otro que me atrae como un imán y me grita desde la otra orilla que este es el momento de disfrutar de éste viaje (tampoco es cuestión de seguir dejando los años pasar y vivir Italia desde una silla de ruedas, con la mente inundada por el alemán mas famoso sin poder entender que carajo estoy haciendo ahí  como muuuuuchos de los tristes pasajeros que recibo... Definitivamente, esa no es la idea de este viaje.)
A diez días del vuelo ya se encuentra organizado prácticamente todo; mientras espero las contracciones sigo en Buenos Aires, con mi rutina de trabajo y la ciudad que me sorprende en cada esquina con sus tantos carteles, letreros en italiano, recordándome lo poco que falta para hacer mi sueño realidad.
Una semana, eterna, pero que en cuanto menos me lo imagine, ya voy a estar sentadita en el avión esperando el despegue.


PD.: Te amo hijo de mi alma. La imagen de tu sonrisa me va a acompañar en cada momento y en cada lugar. Tu mirada seguirá iluminando mi camino aún desde la distancia; es que nuestro amor es tan potente que no existen océanos que nos separen, sólo un hermoso cielo que nos cubre, nos une y nos ilumina con la misma luna. Te amo mucho Dante!
                                                       Mamina.









domingo, 24 de marzo de 2013

Aquí pero allá.

El hecho es que este viaje fue haciéndose palpable con el paso del tiempo. En los últimos años me fui sintiendo cada vez mas cerca, la distancia física era solo virtual. Según pasaban los años lo iba sintiendo mas cercano, tan cercano que casi podía tocarlo.
Comencé a tener trato con italianos, pasajeros que iban acercándome un poquito de su tierra... Yo seguía en Buenos Aires, si, pero Italia venia a mi de a pedacitos, en cada una de las personas que fui conociendo. Con ellos descubrí que con mi poco conocimiento del italiano podía comprenderles gracias a esa manera tan gestual que tienen al hablar, casi una lengua de señas con la cual apoyan su idioma... ¡¡SU IDIOMA!!! ¡¡Música para mis oídos !! No importa que digan, no importa si están felices o maldiciéndote  su idioma suena como la mejor de las melodías en mis oídos,  sus palabras bailan en cuanto las escucho. Podría pasar horas escuchándolos como quien escucha cualquier música en cualquier otro idioma tan sólo por lo bien que suena, sin importar el significado de la letra. Su idioma es música.
E intentando mantenerme conectada con esta cultura retome mis clases de italiano (¡¡Tengo que lograr reproducir esa música!!) Era la manera de sentirla cerca, de estar aquí, pero allá.
 Así siguió haciéndose camino este sueño...




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sábado, 23 de marzo de 2013

Notas de ensueño

Este viaje ya comenzó hace muchos años, tantos que no sé precisar con exactitud cuantos... Quizás comenzó con los relatos de mi madre, quizás fue ella quien me transmitió el amor hacia este "bello paese" con las historias de sus viajes revivida en cada una de sus palabras. Describía con tanta exactitud los lugares visitados que, sin quererlo, yo ya había comenzado a viajar.
O tal vez fueron sus amigas y "quella bella canzione" de la "civetta" tan presente en mi infancia...
Quizás este amor sólo se explique desde la genética, quizás mis células guarden recuerdos del pasado, momentos de mis nonos en Nicosia, un pequeño pueblito de Sicilia.
Quizás tenga grabado hasta en mi nombre, cual pista secreta, el nombre de mi amor, ciudad eterna... Romina-Romana-Roma.
Quizás quién sabe, remontándome a otras vidas, fui un fuerte gladiador o forme parte de los Médicis habitando algún palacio de la Toscana... Si fuese así, con certeza mi alma guarda sentimientos imposibles de no escuchar, sentimientos que me fueron empujando a través de pequeñas pistas y sin yo saberlo, hacia este viaje. No creo en las casualidades, es por eso que intento explicar el por qué de mi nombre, Romina-Roma; o el de mi hijo, Dante-Firenze. Cada uno guarda una pista, son señales de mi alma para que las tenga presentes y así poder volver, llevar nuevamente a mi alma a ese lugar en el cual, y sin lugar a dudas, en otra vida fue inmensamente feliz...



         Para ir palpitando algunos de sus sonidos, ti lascio una canzone,"O sole mio" en la voz de tres jóvenes talentos, Il Volo.