O tal vez fueron sus amigas y "quella bella canzione" de la "civetta" tan presente en mi infancia...
Quizás este amor sólo se explique desde la genética, quizás mis células guarden recuerdos del pasado, momentos de mis nonos en Nicosia, un pequeño pueblito de Sicilia.
Quizás tenga grabado hasta en mi nombre, cual pista secreta, el nombre de mi amor, ciudad eterna... Romina-Romana-Roma.
Quizás quién sabe, remontándome a otras vidas, fui un fuerte gladiador o forme parte de los Médicis habitando algún palacio de la Toscana... Si fuese así, con certeza mi alma guarda sentimientos imposibles de no escuchar, sentimientos que me fueron empujando a través de pequeñas pistas y sin yo saberlo, hacia este viaje. No creo en las casualidades, es por eso que intento explicar el por qué de mi nombre, Romina-Roma; o el de mi hijo, Dante-Firenze. Cada uno guarda una pista, son señales de mi alma para que las tenga presentes y así poder volver, llevar nuevamente a mi alma a ese lugar en el cual, y sin lugar a dudas, en otra vida fue inmensamente feliz...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario