sábado, 12 de octubre de 2013

Una noche de Pisa.


Los paisajes desde el tren dictan mis palabras, me sorprenden, me mantienen despierta, ansiosa por todo lo que tenemos por delante. Comienza la parte del viaje que más esperé, que mas me moviliza. Tenemos por delante la toscana entera y mi corazón se agita de sólo pensarlo. El punto de partida para recorrer esta región será Pisa, esta noche la pasaremos en casa de Vincenzo, quien pasará a buscarnos por la estación de trenes. En cuanto llegamos lo vimos a él, alto, flaquito. Llevaba anteojos de sol estilo aviador y nos esperaba con su auto. Nos ayudó con las maletas y nos llevo hasta su casa comentándonos en el camino cuales eran las opciones que teníamos para conocer Pisa en una noche. El y Jonathan tienen un hogar hermoso, muy bien decorado, con detalles cálidos y una terraza desde la cual podes disfrutar de una hermosa vista de la ciudad. https://www.airbnb.es/rooms/696612.
El cuarto de huéspedes es muy confortable y se encuentra pegadito al baño el 
cual está equipado con todo lo necesario.
Luego de acomodarnos, Vincenzo muy amablemente nos alcanzo hasta la zona céntrica de Pisa , nos indico que bus tomar para volver y nos deseo que tengamos una muy linda experiencia.
Comenzamos a caminar y el ambiente nos agradó rápidamente. Las calles colmadas de jóvenes universitarios invitaban a disfrutar de la noche en Pisa. Grandes multitudes reunidas en las puertas de los bares, comiendo pizza, tomando helados, bebiendo Spritz. Ya habíamos leído en nuestra biblia  Lonely Planet Italia que lo mejor de éste lugar eran los horarios y los lugares no turísticos, recorrer sus calles sin rumbo alguno y eso, estábamos descubriendo, era lo que nos gustaba hacer a nosotros. Intentábamos en las ciudades visitar el listado de museos que teníamos, pero hasta el momento, nos atrapaba mas el palpitar a la par.
Encontramos en el camino un simpatico cartel
Y estudiando la letra, cenamos por 1.50 euros.
Como siempre hasta el momento, no dejamos de caminar para disfrutar de nuestra cena "al paso". Mientras saboreábamos nuestra pizza margherita intentabamos encontrar la piazza dei miracoli donde se encuentra la tan famosa Torre de Pisa. Llegar a ese lugar sin gente y tener la torre solo para nosotros fue realmente un milagro. Paseamos, tomamos fotos y nos fuimos con las ganas de conocer la catedral de Pisa.
Volviendo hacia la casa de Vincenzo nos despedimos con una de las mas lindas vistas del Río Arno. Sus aguas calmas desentonando con las bulliciosas calles del lugar nos dejaban las puertas abiertas de una ciudad para vivirla de noche.








domingo, 15 de septiembre de 2013

Cierro paréntesis, Genova.

Volver a Italia fue como volver a casa y llegar a Genova me hizo sentir mas cerca aun de mi hogar. Las diferencias en el paisaje con Venecia eran abismales. La ciudad de los canales y la ropa de marca daba lugar a una ciudad muy cercana a lo que yo conocía. No en su apariencia edilicia, quizás en eso y en parte, aun se parecía a Venecia, pero la gente (Genova tiene una de las mas grandes comunidades de latinos de Italia, sobre todo de Peruanos.), la manera de moverse, la comida...
Desde el aeropuerto tomamos un bondi que nos dejo en medio de una ruta, de ahí debíamos tomar otro que nos dejaría a pocas cuadras de la casa de Marco, nuestra primer experiencia con AirBnb. Bajamos cerca del acuario desde donde caminando algunas cuadras encontraríamos Piazza del Angelo. Comenzamos a caminar por la avenida costanera repleta de inmigrantes vendedores ambulantes de Nigeria, Perú, India, Turquía. La mezcla de culturas tan diferentes me llamo la atención. Frente a esta recova, donde se ofrecían desde maletas hasta todo tipo de adaptadores, se encontraba el puerto de la ciudad, desde donde quizás zarpó Colon, el genovés mas famoso, con ansias de descubrir nuevos mundos.



El aroma a pescado acompañaba cada paso, no tardaron en aparecer pescaderías repletas de ejemplares jamas vistos.





Si Venecia nos había parecido laberíntica, Genova nos lo pareció mucho mas aun. Sus callecitas mucho mas estrechas, tanto que apenas dejan pasar la luz del sol, impedían que los autos transitaran con fluidez sobre esas calles-veredas, donde transito y peatones deben convivir. Buscando Piazza del Angelo conocimos una de las calles principales, muy similar a cualquier callecita del once.





Nos costo llegar al albergo, pero una vez ahí conocimos a Marco quien vivía en un departamento con 3 habitaciones, dos de las cuales las alquilaba.

Nos dio las llaves, la clave de internet, nos mostró las instalaciones, nos acomodamos y salimos a descubrir la ciudad de Cristoforo Colombus.
Eran casi las 5 de la tarde y al salir de la casa de Marco, nos dirigimos hacia una panadería que él mismo nos había recomendado, comprar la mejor fainá y focaccia de Italia, y así fue. Los intensos sabores se apropiaron de cada una de mis papilas gustativas y se guardaron en mi memoria como los mejores de Italia... El sabor de la focaccia suave, gomosa, desmenuzable, apenas crocante en su parte alta bañada en aceite de oliva permanecerá para siempre en mis recuerdos; la farinata, o fainá en dialecto genoves, es completamente diferente a lo que nosotros conocemos como tal. Mas fina, con sabor mas intenso y el secreto del aceite de oliva que debe incluirse en cada comida que quiera llamarse italiana.


La lluvia no nos impidió recorrer la ciudad y perdernos en sus calles. Conocer la casa de Colón, casi olvidada en una esquina, las iglesias y catedral, mejores que cualquier museo de arte, la Piazza Ferrari y su fuente de agua azul. 



Caminamos bajo la lluvia descubriendo cada rincón de la ciudad, teníamos solo un día para mimetizarnos con ella.
Ya caída la noche los aromas a levadura y pescado caminaban a nuestra par. Queríamos seguir paseando, pero sabíamos que si no cenábamos temprano, luego de las 21.00 hs. seria difícil conseguir algún lugar abierto... Y eso fue lo que sucedió. Decidimos entonces volver a una de las calles principales. Divisamos a lo lejos una lucesita y un pequeño tumulto de gente... Una pizzeria, quizás la única abierta a esa hora.
Entramos y pedimos la mejor pizza italiana. Mientras tanto, en la barra, comía un grupo de 5 hombres, hablaban de fútbol con ese cantito que estira las palabras. Nosotros elegíamos que birra tomar, nos decidimos por Moretti, que nos acompañaría en todo nuestro viaje.


La mejor pizza de Italia estuvo lista en muy poco tiempo. La ragazza que atendía el mostrador tomó una caja, colocó la pizza dentro, dobló las partes de la pizza que sobresalían de la caja, y cerró la tapa. Nos fuimos a casa con las manos calentitas de sostener la caja y la boca hecha agua del aroma que salía de ella. 
El show de sabores que disfrutamos al levantar la tapa fue el mejor de mi vida. Muzzarella, panceta, champignones, pequeños trocitos de chorizo, aceitunas negras y verdes, roquefort, provolone, jamón... Todos reunidos sobre una suave masa entre crocante y mullida... Uff!!! Sin dudas, la mejor pizza de Italia.
Panza llena, corazón contento, nos fuimos a dormir.

Al día siguiente nos despertamos temprano, desayunamos café con leche con tostadas y nutella, y fuimos a conocer el Cementerio Monumental de Staglieno, uno de los cementerios mas monumentales del mundo debido a la belleza de sus grupos escultóricos realizados en mármol de Carrara. Este lugar es simplemente magnifico, sorprendente, majestuoso. 
Cuando se construyó el cementerio de Staglieno en 1851, Génova integraba un importante centro cultural y económico en Italia, atrayendo a numerosos burgueses acomodados, deseosos de erigir monumentos para rememorar sus logros morales y su notoriedad, desarrollando en Staglieno una tradición de imponentes esculturas funerarias. Las familias que poseían grandes fortunas contrataban a escultores de renombre, compitiendo entre sí y encargando obras de gran belleza y realismo para adornar sus sepulcros.

El lugar es maravilloso,





le hubiéramos dedicado mucho mas tiempo, pero teníamos que volver al departamento a buscar nuestras cosas.
En el camino encontramos una casa de pastas para llevar. Podías elegir entre diferentes tipos de pastas o pastas rellenas y una amplia variedad de salsas. Definitivamente la mejor comida de Italia se encuentra en Genova...   Jojo optó por ravioles de pesce y yo almorcé unos ravioles de alcauciles al pesto genoves que te la voglio dire!!!!!La visita a Genova, claramente, fue muy corta.
El tren nos esperaba con destino a Pisa.

sábado, 13 de julio de 2013

Una escapada a Londres.

Mis días en el viejo continente consumieron todo mi tiempo. He podido regalarme solo algunas horas para escribir unas pobres lineas sobre Venecia, el primer destino de este viaje soñado; mas luego de esa experiencia, mis días se limitaron a peregrinar incansablemente por cada una de las ciudades, y mis noches a esperar el momento de conectarme con Dante.
Ya de vuelta en Buenos Aires, la nostalgia del viejo mundo viene a mi en cada momento y quizás por eso, a tres meses de haber partido, en este día intensamente gris, húmedo y frío, el recuerdo de mi corta estadía en Londres regrese a mi.
Como un paréntesis en mi viaje, así fueron mis dos días en Londres. Nunca en mi vida pensé en visitar ésta ciudad, pero siendo que una de mis mejores amigas vive hace años ahí y es siempre ella quién me visita en Buenos Aires y por sobre todo, ante su expreso pedido de que la fuera a visitar, decidimos incluir dos días en Londres en nuestro itinerario.
Llegamos al aeropuerto de Gatwick a la una de la mañana. Este aeropuerto tiene dos terminales, una sur y otra norte y dicen es uno de los mas pequeños de Londres. A mi, realmente me pareció imponente, el aeropuerto mas grande que vi hasta el momento en mi vida. Como todas las cosas en Londres, este lugar también es super organizado. Si en Londres te dicen que en 5 minutos sale el tren, 5 minutos y 1 segundo el tren ya no está. Eso fue lo que nos pasó y debimos pasar la noche en la terminal norte; pero ese no iba a ser el último contratiempo que sortearíamos antes de llegar a la casa de Juli y Roan. La maraña completamente entrelazada de subtes y trenes de este lugar conecta todo con todo. Gracias a esto, haciendo una serie de sincronizadas conexiones, llegaríamos a la casa de Julieta. La cuestión no era tan simple, en cada una de las estaciones hay varios andenes y pasan varias lineas de tren, en varios niveles. Saliendo de Gatwick sabíamos que debíamos hacer transbordo en la tercer estación, no recuerdo el nombre, era muy temprano, hacía mucho frío y la verdad teníamos mucho sueño, pero el nombre de ésta estación nos sonaba a "escroto" jajajajaja!!!!!. Así fue que nos bajamos en "escroto" para hacer transbordo y tomar un segundo tren. Sabíamos que nuestro destino final era New Cross Gate, por lo que debíamos preguntarle a cada guarda cual era el tren correcto a abordar. Así fue como nos acercamos al primer guarda que vimos, un viejito con pinta de borracho, nariz colorada y los dientes tan flojos que cada vez que hablaba no se le entendía absolutamente nada. El fue quien nos señalo que el siguiente tren debíamos tomarlo en el anden de enfrente y bajarnos en una estación que sonaba algo así como "you chonchonchon plataform 2" WTF?????? Corrimos sin saber a dónde, subimos una rampa y vimos que había mas andenes arriba,  básicamente un quilombo, ante la duda volvimos a preguntar a otro guarda quien nos volvió a mandar al anden de donde veníamos. Cada vez peor. En el anden de donde veníamos volvimos a ver al viejito y sabiendo que no podíamos entender lo que decía buscamos a otro guarda quién nos señalo el tren que ya estaba en la plataforma dos y muy amablemente le aviso por radio a su compañero para que detuviera el tren y nos aguardara. Las indicaciones que le dio a su compañero fueron "Please, wait for a couple. She is short, white jacket and a funny red hat"
 Jajajajajajajajaja!!!! Esa soy yo!!!!!!!!!!!!!!!
Tomamos el siguiente tren, la verdad uno mas lindo que el otro, nada cercano a lo que conocía hasta el momento...
Finalmente llegamos a la casa de Juli cerca de las 6 am. Los chicos nos recibieron con el desayuno y las explicaciones de como funcionaba la casa. Nos recostamos unas horitas y salimos a caminar Londres.
Me sorprendió la limpieza de absolutamente toda la ciudad, la sincronización de los transportes públicos y de su gente, el permanente gris del cielo... Sus calles son amplias, sus edificaciones imponentes. Esto, definitivamente, es primer mundo.
Dos días en Londres, obviamente, nos son suficientes para conocer la ciudad. Con la ayuda de Juli recorrimos la zona de teatros y comercial conocida como Piccadilly Circus, y gracias a la invitación de los chicos nos dimos el gusto de ver una obra de teatro!


Al día siguiente recorrimos los parques y el palacio de la reina.




Verdaderamente quedó mucho por ver, sobre todo, quedó por compartir mucho mas tiempo con los chicos. Gracias por todo amigos!!!!!


Nos vemos pronto!!!

viernes, 19 de abril de 2013

La increíble Venecia.

Mil veces me hablaron de esta ciudad, también mil veces vi fotos, pero jamás mi imaginación logró acercarse a la realidad de este increíble lugar.
En cuanto tomé el vaporetto para navegar el Gran Canal hacia nuestro hotel la inimaginable Venecia fue abriéndose paso ante mis ojos. Otra vez me conmoví atónita frente a lo que mis ojos veían, aún seguía sin poder creer el formar parte de un paisaje tantas veces soñado. Los distintos palacios, los vaporettos, los gondolieris, las imágenes más típicas de Venecia iban pasando frente a mis ojos como si fueran diapositivas, no faltaba ninguna, estaban absolutamente todas.


El trayecto del vaporetto terminaba en nuestra parada, Estación Rialto, sí, junto al famoso puente, uno de los pocos que cruza sobre el Gran Canal.



                                                                                                                                       

Con la ayuda del mapa pudimos llegar fácilmente a nuestro hotel. Se encontraba detrás de una de las tantas iglesias que hay en Venecia, la entrada era sencilla, muy sencilla,
 y sinceramente el olor a cloacas mal ventiladas de la recepción no invitaba a quedarme. Mássimo, el dueño, nos mostró la habitación (que por suerte olía mejor). Ahí pudimos dejar nuestras mochilas y luego de un deseado baño salimos a recorrer la ciudad.
Existía un minucioso estudio, dónde debíamos ir, que lugares visitar, pero la realidad fue que esta cuidad peatonal me cautivo y sólo quise perderme en ella, y para eso Venecia es especial. Sus laberínticas calles; sus misteriosos sottoportego (una especia de oscuros túneles que pasan por debajo de las construcciones transportándote uno nunca sabe dónde); sus campos (espacios "secos" abiertos en donde la luz del sol se hace lugar); las calles no aptas para obesos, que se estrechan al final de su recorrido obligándote a caminar de costado en muchas ocaciones. La Venecia interior me maravillaba cada vez más.
Sus minúsculas callecitas nos guiaban siempre hasta algún puente que sorteaba algún verde canal al cual asomaban macetas con flores, ropa con olor a sol colgada o simplemente alguna góndola esperando el siguiente cliente.
 
En Venecia todos los caminos conducen a Rialto o San Marco,
darte cuenta de esto es maravilloso, no necesitas nunca mas el mapa, ya que inclusive con él, podes perderte como si no lo tuvieras. En toda la ciudad vas a encontrar señalizado el camino hacia estos dos emblemáticos lugares.
Rialto es una de las paradas mas importantes del Gran Canal y un puente donde se concentran los negocios que venden toda clase de adornos o bijouterie moldeados en cristal de Murano.

Por otra parte, San Marco es la plaza principal de Venecia, donde acontecen los eventos mas importantes que suceden en la ciudad y donde te puede sorprender desde lo mas esperado, como el impactante Duomo, la Torre dell'Orologio, los palacios o simplemente algún espectáculo o los músicos que día y noche acompañan tu visita con su música.
Cada día es diferente en Venecia porque cada barrio de esta ciudad tiene su propia identidad. El segundo día decidimos visitar la zona norte pero al llegar a la primer plaza un grupo de personas, vestidos de época medieval con tambores y banderas nos sorprendió. Marchaban hacia algún lado, y cual ratones siguiendo al flautista de Hamelin comenzamos a seguirlos. En el camino pude darme cuenta de los sonidos y la acústica del lugar. Venecia es completamente especial, hasta en sus sonidos, porque al ser una ciudad peatonal no existe contaminación sonora y sus calles estrechas funcionan como chimeneas del sonido empujándolo hacia el cielo haciéndola especialmente silenciosa. Es por eso también, que a la inversa, los lugares abiertos, estas especie de plazas, se convierten en el punto de reunión y lugar para los espectáculos ya que se encuentran rodeadas por las construcciones mas altas que abrazan al sonido amplificandolo.  
El destino de este Hamelin no fue ningún río, muchos hubiéramos muerto ya que en su recorrido atravesando la ciudad, muchas otras personas se fueron sumando. Mágicamente aparecimos en Piazza San Marco donde se celebraba una especie de día de las colectividades y cada una de ellas interpretaba alguna danza típica del lugar de origen. Otra vez la emoción invadió mi alma.




El último día en Venecia lo compartimos con Federica, una italiana amiga que conocimos en nuestro viaje a Cataratas hace dos años. Con ella nos sacamos las ganas del típico paseo en góndola ya que existe una manera económica de hacerlo. Las góndolas tiene dos servicios, el "vip" un paseo de 40 minutos que puede costar entre 80 y 100 euros según la hora del día, o la opción "mochila" que se acota a una góndola bien baqueteada, un gondolieri un tanto gordo, y 5 minutos que es lo que demora el gondolieri en cruzarte desde una orilla a otra del gran canal en lugar de tener que caminar hasta el siguiente puente, todo esto por tan solo 1 euro. Pudimos también almorzar juntos uno de los típicos platos para ir comiendo mientras seguís recorriendo la ciudad. No recuerdo el nombre, pero es una especie de pizza muy finita, perfectamente enrollada y rellena de lo que te imagines. El relleno más común es prosciutto, mozzarella e pomodoro; pero también podes encontrar variantes con atún, lechuga, funghi, carotte y más. Obviamente el postre fue gelato, seguimos buscando la mejor gelatteria del lugar, pero hasta el momento, mas allá de los sabores diferentes a los de casa que podes encontrar aquí, seguían ganando nuestros helados.
Así nos despedimos de Venecia, Italia nos había recibido con su ciudad estrella.





                                   

miércoles, 10 de abril de 2013

En viaje.

Roma, 10337 km. me separan de este sueño, 11 hs.
Ya en el avión voy imaginando momentos, situaciones, frases que tendré que utilizar para comprar, llegar, saludar... Intento recordar palabras precisas, juego a encastrarlas armando una oración que suene bonita, juego con las pocas palabras que sé mientras por la pequeña ventana del avión puedo espiar la inmensidad de un intenso cielo celeste y un colchón de nubes a mis pies. Estamos solos aquí arriba y es inevitable sentirse inmensamente pequeño frente a este cielo que nos envuelve transformando al avión en un pequeño avioncito de papel, que planea inconscientemente sobre el Océano Atlántico mientras se me hace imposible no cantar esta canción...

Se mece como una cuna, no quiero dormirme, quiero sentir, vivir cada uno de los momentos pero la realidad es que tengo sueño, las dos últimas noches en Buenos Aires fueron intensas y sólo me dieron algunas pocas horas de descanso.
Cuatro de la tarde y  sirven la cena. Toda la tripulación nos habla en italiano. Lo primero que nos ofrecen es la bebida, vino bianco, vino rosso, cola, agua, jugo de naranja o de pesca.  El ambiente se vio invadido por un aroma a estofado y sentí apetito. Enseguida otra azafata nos ofrece las opciones para cenar, ¿carne o passsssssssssssssssssta?.  El estofado me había tentado, pero bastó que la azafata diga "passsssssssssssssssssssssta" para que esa "S" sedujera mis oídos, mi paladar, mi estomago .. Passssssta, esa "S" interminable, sostenida, que suena como un zumbido colocando los primeros dientes de arriba con los de abajo. Passsssssta...  La carne se veía y olía mas atractiva, pero a mí me ganó el sonido de la "S". La pasta finalmente eran canelones de ricota y espinaca con salsa blanca, lo acompañamos con vino tinto que en en la boca se sentía liviano y dulce. Esto fue suficiente para finalmente dedicarme a dormir.
Volando a una velocidad de 920 km/h el viaje se hace bastante corto, cuando menos me lo imagino ya veía Roma a mis pies. No puedo evitar llorar cuando el piloto solicita abrocharse los cinturones y prepararnos para el aterrizaje, mi sueño ya es una realidad.





miércoles, 3 de abril de 2013

Un día...

A sólo un día del parto los nervios comienzan a apoderarse de mi, muchas intrigas, mucha ansiedad pero por sobre todo, muchas preguntas; las preguntas de siempre, las normales, las mismas preguntas que se hace cualquier madre a punto de parir; que si será sanito, que si saldrá todo bien, que si llegare a tiempo, que si tendré en el bolsito todo lo necesario... Este tiempo de gestación se paso tan rápido...
Cuando todo comenzó, cuando todo aún era una noticia, este momento parecía tan lejano, tan distante. Y  ahora, aquí estoy, a punto de parir, a punto de hacer mi sueño realidad.
El momento del parto, dentro de la linea del tiempo de nuestras vidas, ocupa tan sólo una pequeña parte, prácticamente insignificante si la comparamos con el tiempo que dedicamos a trabajar en un mismo lugar o a estudiar una carrera, pero es tan relevante en nuestras vidas que marca un antes y un después del mismo y permanece guardado por siempre en un especial rincón del corazón. Hay que saber disfrutar de ese momento porque bien sabemos que se esfumara en cuanto menos lo imaginemos, como cuando luego de haber pasado horas en la cocina servimos nuestro manjares a la mesa y desaparecen en pocos minutos... Este sueño es así, tengo mucho aún por delante, un mes de magia me espera, un mes, mucho tiempo y tan poco al mismo tiempo, tan insignificante cuando la vida es rutinaria y tan especial cuando es el mes para cumplir tu sueño. Un mes lejos de Dante serán los dolores del parto, las contracciones que ya comencé a tener, las que me revelan que el momento esta próximo. Son los dolores que me acercan a uno de los momentos mágicos de mi vida. Creo que aún no lo puedo creer... Tanto tiempo soñé con éste momento y estando a sólo un día de volar lo siento como una mentira, un chiste del día de los inocentes. Un mes de sensaciones encontradas, de sentimientos dispares, mucho tiempo por delante, poco tiempo cuando ya esté avanzado, e imposible de creer, aún cuando haya terminado.
Puedo jugar con mis pensamientos, imaginar momentos en ese lugar tan esperado, pero la magia sólo sucederá cuando mis ojos se encuentren con sus paisajes; cuando mis oídos se encuentren con sus sonidos, sus músicas; cuando mi lengua se colme de sus sabores;  mi olfato de sus aromas y mi piel se estremezca al sentirse magia misma.



sábado, 30 de marzo de 2013

Dando vueltas en mi cama.

En cuatro horas tengo que despertarme y sigo dando vueltas en mi cama. Listas de cosas sin hacer, obligaciones que cumplir, ropa que lavar, Dante, nervios, muchos nervios, Dante otra vez... Todos juntos se apoderan de mis pensamientos, me traicionan y derrotan a las miles de ovejitas que, una a una, saltaban por sobre el Coliseo...
Otra vez el nudo en la garganta, otra vez mi mente que se sube a un Alitalia y llega a Roma antes que yo... A veces amaría experimentar la calma de Jorge. En 9 días vuela a Italia y se lo ve tan tranquilo como si fuera a Santa Teresita... ¡¡Por Dios!! ¡¡Compartime de tu calma!!! ¿¿No ves que yo estoy como loca????.

Respiro profundo, cierro los ojos, y me quedo dormida con el lápiz en la mano.